domingo, 11 de julio de 2010

Matrimonio igualitario y represión ilegal: La Iglesia y sus discursos extremos

El tipo, muy educado y ejemplar padre de familia, sostiene sus ideas como verdades dogmáticas. Está convencido que el mundo es lo que él piensa que debe ser el mundo y no pierde oportunidad de decir en cuanta reunión de amigos o de trabajo, que si le dan el gobierno y una ametralladora, arregla el país en un mes. El tipo viste de traje y lleva a sus hijos a catecismo, no le importa qué pasó en el país en los setenta, era muy chico, sólo sabe que hubo muchas víctimas del terrorismo, que de golpe explotaba una bomba en una escuela hasta que los milicos pusieron orden. Eso es así, aunque ahora los zurdos cuenten otra historia.

El tipo son muchos tipos, en diferentes clases sociales y con distintas ocupaciones. Pero no tantos, y eso me deja soñar una tierra mejor. Tristemente hay que escucharlos, ayer y hoy.

En Córdoba, el Presbítero Raúl Beltrán celebraba misa en presencia de varios oficiales procesados junto al general Luciano Benjamín Menéndez. Comenzaba el mes de Mayo de 1986 y decía, entre otras cosas:

"Dos instituciones fundamentales de la Patria están siendo atacadas; las Fuerzas Armadas y la Iglesia. Sin Fuerzas Armadas no hay Patria, y sin Iglesia, sin Cristo presente en medio de ella, tampoco puede haber Patria. Hay una campaña muy grande de desprestigio contra ambas instituciones. Incluso, cuando so pretexto de justicia se está persiguiendo la venganza o el desprestigio".
Treinta y pico de años después, las mismas lacras, los defensores de la moral perversa y del orden natural, que naturalmente debería ser libre mientras no se lesionen derechos. Los tipos hablan de guerra.
Los genocidas Videla y Menéndez, justifican el exterminio del “enemigo”, el cardenal Bergoglio nos anuncia que estamos presenciando una “guerra contra Dios”, en el ataque a la sagrada institución del matrimonio.
Si algo los une, es el fenomenal tamaño de su odio. Odian más allá de lo imaginable. Unos dieron la bendición a las armas con los que los otros asesinaron una generación, torturaron, robaron pibes a los que le dieron esa familia que tanto defienden. Hipócritas.
Deben saber genocidas y cardenales, que esto no es una guerra. Como no lo fue aquella. Deben saberlo periodista, albañil, gerente, médico o verdulero que piensa o le hacen pensar que puede existir un derecho natural que niegue igualdad de derechos. Cualquier paso hacia la igualdad será siempre un paso hacia una sociedad mejor.
No se asusten padres y madres de familia ejemplares, nadie quiere destrozar esa familia. Se trata de mujeres y hombres que luchan democráticamente por sus derechos, por una sociedad mas elevada, más digna.
Y nosotros acompañamos con toda nuestra fuerza, porque también soñamos con una sociedad sin lugar para las bestias.

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