domingo, 8 de noviembre de 2009

PROGRAMA 376

Un encuentro alrededor de la música y las palabras…

“El pibe, que importa el nombre si en verdad tiene un montón de nombres. Me dijo que era del sur, pero podría ser de cualquier otro lado. El pibe arrastra la soledad, canta con esa pena que da al canto la tristeza de no encontrar salida. ¿Qué hace uno cuando la traición es moneda corriente y viene de todos lados? Me digo que no es posible que vivamos entre traidores, que podemos con ellos, no tengo dudas. El pibe, como tantos y tantas de diferentes edades, ya no se banca andar sin fe…” (Ver apertura)

Los sonidos que pasaron por el revuelto:

"Jactancia de quietud" de Fernando Tarres






"Ansiedad" del disco “El gran pez” de Alejandro Balbis




"La China" de Lito Epumer








"Aire seré" de Puente Celeste






"Punta rubia" de Fogiel Quinteto







"Del tiempo" del disco "Haiku" de Maia Illa








"Zamba de usted" del disco "Nuestros Clásicos hoy" de Susana Moncayo y Oscar Alem




Si te gustaron estos sonidos podes encontrar las presentaciones de los músicos en nuestra Agenda.
Además queremos invitarlos al festejo de los 8 años de Revuelto. Organizamos una presentación en vivo con los artistas Cecilia Zabala y Franco Luciani, el domingo 29 de noviembre, 21.30hs en Café Vinilo (Gorriti 3780). La entrada sale $15 y pueden reservarla al 4866-6510 o info@cafevinilo.com.ar




Nos visitó Pablo Tozzi, y se vino con el Contrabajo, para compartir con nosotros un poco de música y presentar su último disco Cueca negra. Repasamos su camino musical, hubo charla, hubo mate.
Hablamos del momento de la composición de los temas y nos contó qué es lo que la hace a una canción ser resistente, Tozzi consideró que en primer lugar debe emocionar, no ser panfletaria, tener una buena construcción que se sustente por si sola más allá del acompañamiento.
Escuchamos “Cuenca negra” que comienza con un recitado del Chango Farías Gómez, Tozzi tocó la zamba “criollita santiagueña” de Atahualpa y como despedida la canción “Me gustan los estudiantes” de Violeta Parra.

Con el viajero clandestino, Nicolás Falcoff, recorrimos sonidos lejanos que vienen del Mar Egeo.

Cierra el revuelto el “Cuento de horror” de Orlando Van Bredam, acompañado por Niebla del Riachuelo en una versión de Pablo Agri.

Completo el plato radial de este domingo 8 de Noviembre, los invitamos a comunicarse con nosotros a través de éste blog con sus comentarios, o mandando mail a contacto@revueltoderadio.com.ar, pueden también bajarse el programa en http://www.revueltoderadio.com.ar/ y además ver otros contenidos como videos y el disco “Abremente” homenaje a Spinetta grabado por distintos artistas.

Los esperamos el próximo domingo,
Revuelto Gramajo.

Qué hacer cuando la traición es moneda corriente

Decía Maquiavelo que la traición es el único acto de los hombres que no se justifica. Explicaba que los celos, la avidez, la crueldad, la envidia, el despotismo son, en ocasiones, explicables y hasta pueden ser perdonados de acuerdo a las circunstancias. Los traidores, en cambio, sostenía el autor de El Príncipe, son los únicos seres que merecen siempre las torturas del infierno, sin nada que pueda excusarlos.

Un impulso tan censurado y que, intuyo, merece el repudio de cualquier mortal, convive con nosotros desde el inicio mismo de nuestra existencia. En el cristianismo, Cain es el primer traidor que asesina nada menos que a su hermano Abel. Pero la traición más relevante es la de Judas a Jesús cuando lo entrega a los romanos para su crucifixión. Cuántas veces se cruzan en tu vida estos Judas modernos que incluso creen que ciertas formas de traición hay han sido socialmente aceptadas. ¿Será que lo fueron y yo quedé entre los arcaicos que no entienden los nuevos tiempos?

La traición cuando lleva consigo un sentimiento tan fuerte como el amor y se mezclan pasiones, no es menor traición. Fue el caso de la Malinche, la bella amante azteca de Hernán Cortés que por amor, pero también por ambición desmesurada traicionó a su pueblo, conspiró contra él y contribuyó a su derrota. Martín, el hijo que tuvo con el conquistador, fue uno de los primeros mestizos nacidos en estas tierras. Su nombre es -para millones de americanos- la sombra de la desgracia.

Traición religiosa, pasional, qué contarte de las traiciones políticas y la imperdonable traición al pueblo. Las traiciones recorren los tiempos y lugares en feroz galope. Pero sin olvidar las páginas de la historia, muchas teñidas en sangre, están las que no son parte de ningún libro.

El pibe, que importa el nombre si en verdad tiene un montón de nombres. Me dijo que era del sur, pero podría ser de cualquier otro lado. El pibe arrastra la soledad, canta con esa pena que da al canto la tristeza de no encontrar salida. ¿Qué hace uno cuando la traición es moneda corriente y viene de todos lados? Me digo que no es posible que vivamos entre traidores, que podemos con ellos, no tengo dudas. El pibe, como tantos y tantas de diferentes edades, ya no se banca andar sin fe…


“Pibe del sur”
Arrastraba la soledad como
una hiedra sin pared.
De a ratos cantaba, con esa pena de no ser.
Se llamaba Juan, o tal vez
Pedro o Francisco, da igual.
Dormía porque dormir es morir un poco más.
Era un pibe bueno del sur.
No se bancaba andar sin fe.
Por eso se apresuró a saltar ya de una vez.
Cruzó de a pie hasta el final.
Y se ríe: "si me llaman, no estoy más".
Parece fácil vivir; te complican hasta la razón.
Y por no transigir, se tomó todo el alcohol.
Entrando a la estación, los camiones vienen y van.
Va por vos esta canción, que de arriba escucharás.

(Tema compuesto por Adrián Abonizio y Raúl Carnota)


Domingo 8 de Noviembre de 2009

"Cuento de horror", Orlando Van Bredam

Esta misma mañana, hace unos momentos, usted encontró un cadáver en el baúl de su automóvil. Al espanto, le siguió el gesto instintivo de soltar con violencia la tapa y retroceder unos metros. Con el pulso acelerado, se acercó hasta el coche y contó hasta diez, incrédulo, antes de abrir el baúl nuevamente.

No había dudas, era un cadáver. Bastante desfigurado el rostro, con sangre todavía fresca que se deslizaba por la alfombra hacia el guardabarro izquierdo. Un muerto desconocido. Jamás había visto esa cara, ese torso pálido, esas piernas largas y velludas flexionadas con torpeza, seguramente por el homicida que colocó el cuerpo en el baúl. Un hombre semidesnudo (apenas unos calzoncillos y unas medias) de unos cuarenta años, con una herida sangrante, tal vez de un balazo, en la sien derecha, y varios hematomas y en su automóvil. En el automóvil que usted todos los días utiliza para ir a la oficina. En el automóvil que ha permanecido (como usted cree) toda la noche en el garage.

Ahora recuerda que abrió el baúl para cerciorarse de que en el lavadero no habían olvidado cargar el gato como alguna vez sucedió. Entonces piensa en el lavadero. Le entregaron el auto ayer, a última hora. ¿Y si el homicida es alguien del lavadero? ¿Y si el cadáver estuvo toda la tarde y la noche en el baúl? Sin embargo, parece sangre fresca. ¿Y cómo sabe usted si es sangre fresca?

Primero piensa que lo mejor es avisar a la policía. Después advierte que no será fácil explicar el hallazgo. Necesita un abogado. Se acuerda, entonces, de un amigo. Después de cerrar por segunda vez el baúl, abre la puerta que comunica al garage con el living. Y en el living ve, con horror, una camisa y unos pantalones que no son suyos, que levanta del piso para comprobar, también con horror, que están manchados con sangre.

A esta altura usted ve alejarse la posibilidad de llamar a la policía. Sobre todo cuando sigue las gotas de sangre hasta el dormitorio donde su mujer todavía descansa.
-¿Por qué volviste?-pregunta ella.
-Encontré un cadáver en el baúl del coche- contesta usted con fingida naturalidad.
-Ah, ¿era eso?-contesta ella- pensé que te habías olvidado del resumen de la tarjeta de crédito. Ah...y no te olvidés que hoy vence la luz y el teléfono.
Encontré un cadáver...-insinúa usted no muy convencido.
Te escuché- dice ella, inmutable- la semana pasada fue un ahorcado en el jardín, hace tres días un ovni debajo del limonero.

¿Pensás que estoy loco?- usted pierde pie, se desbarranca.
Te creo-lo consuela ella- pero sucede que hay tantas cosas urgentes que solucionar en esta casa.
Domingo 8 de noviembre de 2009