domingo, 1 de noviembre de 2009

PROGRAMA 375

Climas, sonidos e historias para compartir…

En nuestro país no solo hay tipos y tipas, pibes y pibas que no comen bien o directamente muchas veces no comen; sino que muchos se mueren. Muertes tan fáciles de evitar como difícil erradicar el egoísmo y la avaricia que fundan la desigualdad y provocan esas muertes(ver apertura)


Sonidos que pasaron por este revuelto:

La canción que acompaña la apertura “A nuestros hijos” del disco “Quién te viera” de Diane Denoir



“Luchín” del disco "Arruyos” de Francesca Ancarola y Carlos Aguirre



“Cruces negras” del disco “Visiones” de Escalandrum



“7 de abril” del disco “Acuarelas de bolsillo” de Franco Luciani grupo




“Hay un camino” del disco “Espejo” de Raúl Carnota



“La huanchaqueña” del Trío MJC



“Del viento” de Tarco Trío




“Una voz que grita” del disco “Cueca negra” de Pablo Tozzi Trío


Nuevo blog! www.sonidorevuelto.blogspot.com en el que encontrarán discos que recomendamos y que son algunos de los que suenan en el programa. Los invitamos a visitarlo, contarnos sus opiniones y recomendarnos otros discos.



Nos visitó Roxana Amed, vino con guitarra y pudimos disfrutar de su voz. Nos contó sobre sus inicios en el piano y la guitarra, y cómo se vive con oído absoluto. Compartimos la canción “Limbo”, que fue la generadora de todo el proyecto propio, Amed relató el camino que se abrió a partir de ello, hasta lograr el disco homónimo. Dio una pequeña clase de canto mientras nos explicaba cómo hace para entrar y conectarse con el público en cada presentación.


Otras voces… Andalgalá, palabra que en quichua significa Señor de la Alta Montaña. Se encuentra al oeste de la provincia de Catamarca. Ahí vive Urbano Cardozo, de 70 años, que como la mayoría de los pobladores de la zona, hace más de 10 años festejaba la llegada de empresas extranjeras relacionada con la minería, entusiasmado con las promesas de crecimiento, de trabajo, de futuro para muchas de las familias que ahí habitan. Sin embargo nada de esto se cumplió y en la actualidad Cardozo junto con sus compañeros de “Vecinos por la vida” se encuentran luchando contra la contaminación que la mina a cielo abierto de La Alumbrera genera.

Cierra el revuelto, el cuento “Tres pasiones” de la autobiografía de Bertrand Rusell, acompañado por la Canción del Jangadero de Susana Moncayo y Oscar Alem.

Completo el plato radial de este domingo 1ero de Noviembre, los invitamos a comunicarse con nosotros a través de éste blog con sus comentarios, o mandando mail a contacto@revueltoderadio.com.ar, pueden también bajarse el programa en http://www.revueltoderadio.com.ar/ y además ver otros contenidos como videos y el disco “Abremente” homenaje a Spinetta grabado por distintos artistas. Están todos invitados al festejo de los 8 años de Revuelto, para más información visitar la Agenda.

Los esperamos el próximo domingo,
Revuelto Gramajo.
¿Cómo hablar del hambre sin saber realmente de qué se trata?. Lo más cercano es cuando en alguna oportunidad pasa una comida de largo y el deseo de comer invade cualquier cosa que esté haciendo, no podés concentrarte en nada más que las ganas de comer. ¿Cómo ha de ser sentir hambre en serio y no tener qué comer?. En nuestro país no solo hay tipos y tipas, pibes y pibas que no comen bien o directamente muchas veces no comen; sino que muchos se mueren. Muertes tan fáciles de evitar como difícil erradicar el egoísmo y la avaricia que fundan la desigualdad y provocan esas muertes.

El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo marchó. Marcha de sabandijas, por las calles de Santa Fe. Convencidos de las palabras del coordinador Alberto Morlachetti: “Con ternura venceremos”.

Y ahí está Yamila, luminosa y firme, como representante del Movimiento de los chicos del pueblo y de Pelota de Trapo. Paradita frente a todos los que están con ella, para hablarle a quienes hace tiempo no escuchan ni están cerca: "Decimos que el hambre es un crimen y no queremos ni un pibe menos. Ni un pibe menos. Ni un pibe que esté en las calles. Ni un pibe que no coma, que no vaya a la escuela, que sea asesinado impunemente, que sea violado. Porque nosotros queremos un futuro. Somos el futuro". Esto decía Yamila y una lluvia de afecto convertida en aplausos la envolvió en la plaza de Mayo santafesina.

Increíblemente nuestro país que produce alimentos para 300 millones de personas, tiene 25 chicos que por día no amanecen. Se mueren de hambre.

Se acaban de otorgar 180 pesos que de entrada irán a la casa de cinco millones de pibes que lo necesitan. Bienvenido. Ante la situación angustiante de tantos no hay que adoptar una oposición necia, pero tampoco un oficialismo ciego.

Vos sabés para lo que alcanzan 180 pesos. Por supuesto que es algo al lado de nada, pero estamos hablando de luchar contra la desigualdad y asegurar los derechos necesarios de todas las personas. Uno habla desde la idea de que es posible, hay quien se gasta en un almuerzo lo que estos pibes recibirán para comer un mes. Yo mismo lo gasté no hace mucho en una mesa de tres.

Ante la nada, es bueno algo. Ojalá sea un primer paso. Sueño con el día en que seamos mayoría los que estemos convencidos que nadie debe pasar hambre, padecer la desatención médica, no tener educación y estar sin techo, en un mundo que tiene la posibilidad de ser más igual y elige desde el poder la más patética desigualdad. Desigualdad de hambre, de explotación y muerte.

Con las responsabilidades de cada uno, haciendo algo para cambiar esta realidad, habrá que mirar a los ojos a los chicos que pasan hambre, y pedirles perdón.

Domingo 1ero de Noviembre de 2009

"Tres pasiones" de la autobiografía de Bertrand Rusell

Tres pasiones, sencillas pero tremendamente fuertes, han regido mi vida: el deseo de amar y ser amado, la búsqueda del saber y una compasión, superior a mis fuerzas, por el sufrimiento de la humanidad.

Estas pasiones, como vientos potentes, me han zarandeado de aquí para allá, en navegación tortuosa, por el océano profundo de la angustia, hasta el borde mismo de la desesperación.

Busqué primero el amor, porque trae consigo el éxtasis –éxtasis tan grande que muchas veces hubiera sacrificado yo el resto de mi vida por unas pocas horas de gozo. Lo busqué, tambièn, porque el amor alivia la soledad –esa terrible soledad en la que el tembloroso ser que tiene conciencia de sí mismo se asoma al borde del universo y ve un frío abismo sin fondo y sin vida. Y lo busqué, finalmente, porque en la unión del amor he visto, como en mística miniatura, la visión anunciadora de ese cielo que los santos y los poetas han imaginado. Eso es lo que busqué y, aunque parezca demasiado gozo para el hombre, eso es lo que –al fin- he encontrado.

Con el mismo apasionamiento busqué el saber. He deseado entender el corazón del hombre. He querido saber por qué brillan las estrellas. Y he intentado apoderarme del poder pitagórico gracias al cual el número triunfa sobre el flujo. Algo de esto, aunque no mucho, he conseguido.

El amor y el saber, en cuanto me fueron posibles, me levantaron hacia lo más alto, hacia los cielos. Pero la compasión me devolvió siempre a la tierra. Ecos de gritos de dolor reverberan en mi corazón. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos inválidos que son sólo una carga odiada para sus hijos, y todo ese mundo de soledad, pobreza y sufrimiento convierte en burla lo que la vida humana debería ser. Aspiro con toda mi alma a aliviar el mal, pero no puedo y sufro.

Esta ha sido mi vida. La juzgo digna de vivirse y, si se me diera la oportunidad, volvería a vivirla con gusto.

Domingo 1ero de Noviembre de 2009