domingo, 30 de agosto de 2009

PROGRAMA 366

Un encuentro en torno a las ideas, palabras y sonidos, un nuevo Revuelto que comienza...

La historia de Carmen Castillo parte de una calle, la calle Santa Fé en los suburbios de Santiago, en Chile”. Allí, con su compañero vivían clandestinamente y luchaban contra la dictadura de Pinochet. Ahí fue donde la historia signó su vida, cuando el 4 de Octubre del 74 las fuerzas represivas acribillaron a su compañero Miguel Enriquez, máximo dirigente del MIR, y la balacera que la hirió se llevó al hijo que crecía en su panza.
Carmen Castillo es la directora y protagonista de Calle Santa Fe, un documental donde reconstruye su historia, que es en parte la historia de Chile, y la historia que no queremos olvidar quienes soñamos un mundo mejor.”
(Ver apertura)

Un recuerdo remite a otro y se van mezclando con los sonidos, música, Agenda y palabras para compartir en torno al mate.

El tema que cerraba la apertura es la canción de Silvio Rodriguez, “Oleo de una mujer con sombrero”, interpretada por Diego Cano.


Sonaba “Electrohope”, último disco del músico, Javier Malosetti.






El segundo disco de Tremor, “Viajante”





Del disco de María Elía y Diego Penelas “Camaleón de papel” escuchamos la canción “Julia y las llaves”







Nos visitó Raúl Barboza, maestro del acordeón, músico referente del Chamamé. Compartió con nosotros unos mates (y algunos datos sobre yerba, termos, etc) mientras nos contaba el proceso de grabación de su último disco “El árbol y el colibrí”.
Barboza vive en Francia hace 22 años, allí fue abriéndose camino dando a conocer un sonido tan de acá pero no tan conocido como el tango. Recordó sus primeros pasos, y que el puntapie inicial lo dio tocando a la gorra en un bar de Paris.
A través del instrumento, nos explicó, el músico expresa en cada nota sus sentimientos, y la música resultante es un espejo del espíritu. Por eso dice el acordeonista que a la hora de elegir a sus compañeros, primero observa su forma de tocar y percibe su sensibilidad, carácter, y en segundo lugar observa la técnica, que considera que es algo que se va adquiriendo.
Compartió con nosotros las anotaciones de su agenda, recordando con cariño a su compañero y guitarrista Horacio Castillo.
Escuchamos el tema “Rosarito” y “La torcaza” tema que compuso su padre, Adolfo Barboza, y que fuer el primer tema que grabó cuando tenía doce años.
Nos contó que al observar a Hildo Patriarca tocar el acordeón con ambas manos y emprendió la tarea de aprender dicha habilidad y que logró hacerlo luego de 10 años de practica pero que dio sus frutos.



Cierra el revuelto el cuento de Manuel Cofiño “Beatriz de los sueños”, acompañado por la canción “Déjala soñar” de Verónica Condomí.

Completo el plato radial de este domingo 30 de Agosto, los invitamos a comunicarse con nosotros a través de éste blog con sus comentarios, o mandando mail a contacto@revueltoderadio.com.ar, pueden también bajarse el programa en http://www.revueltoderadio.com.ar/ y además ver otros contenidos como videos y el disco “Abremente” homenaje a Spinetta grabado por distintos artistas.

Los esperamos el próximo domingo,
Revuelto Gramajo.

El dolor de seguir viviendo

Las historias, tanto las memorables y dignas de ser recordadas por todos, como nuestras pequeñas historias, guardan un rasgo, quizá no el fundamental pero sí trascendente vaya a saber por qué, y que se transforma en la llave al recuerdo de esa historia.

La historia de Carmen Castillo parte de una calle, la calle Santa Fe en los suburbios de Santiago, en Chile. Mejor dicho, la historia que signó su vida tiene su marca en la casa de la calle Santa Fé número 728, la humilde casa donde con su compañero vivían clandestinamente y luchaban contra la dictadura de Pinochet.

Su compañero no era otro que Miguel Enriquez, máximo dirigente del MIR, el movimiento de izquierda revolucionaria de Chile, uno de los tipos que la dictadura no quería vivo y por eso el 4 de Octubre del `74 lo acribilló allí, en la casa de la calle Santa Fe 728. Las balas mataron a Miguel y dejaron tirada en la vereda, desangrándose, a Carmen Castillo. Un vecino llamó a una ambulancia y Carmen pudo ser atendida para salvar su vida.

¿Salvó su vida? Miguel, el compañero en el amor y la lucha, muerto. Su Chile amado, bajo la dictadura más cruel que, al no poder matarla, la expulsaba del país. Su hijo, que andaba creciendo en la panza, no resistió las heridas de la balacera.

Allí va Carmen Castillo hacia Francia con la fuerza de seguir viviendo muy a pesar de ese día oscuro y sangriento en la calle Santa Fe. Con los sueños rotos y las ideas claras de vivir como se piensa, esas ideas que ahora no podían vivir en Chile. Solo una vez retornará al país con un permiso por 15 días del dictador. Nota que nada se encuentra en su lugar, todo es un vacío de ausentes, militares, traidores y la resignación de la gente.

Los ojos sin la memoria, no ven nada. Carmen Castillo es la directora y protagonista de Calle Santa Fe, un documental donde reconstruye su historia, que es en parte la historia de Chile, y la historia que no queremos olvidar quienes soñamos un mundo mejor. (Agradezco a Felipe Montalva me haya prestado este video).

En Chile, Argentina, en Bolivia o donde sea…no murieron por nada. La arrogancia de los vencedores y la impunidad de los asesinos no es eterna. Para eso estamos, para que no lo sea. Para que los sueños no queden vacíos de contenido. Para que resistir las balas del sistema que quiere matar las ideas de igualdad y solidaridad. Resistirlas, como Carmen Castillo aquel día en la calle Santa Fe.
Domingo 30 de Agosto de 2009

“Beatriz de los sueños”, Manuel Cofiño

Beatriz de los sueños era la imaginación de la familia. Era muy silenciosa, se movía como flotando y se aparecía a sus hermanas en cualquier rincón de la casa, y siempre de sorpresa. Buscaba la soledad de los jardines y los rincones tranquilos. Se pasaba horas enteras como ida con sus “pedacitos de maravilla”, como dicen que decía ella.

Su mirada siempre estaba fija en algo muy lejano que nadie sabía lo que era, pero que debía ser muy lindo y estar muy lejos, o en ninguna parte, o quizás solo estuviera en su mirada. Siempre vestía de rojo.

Dicen que era maravilloso lo que sucedía cuando Beatriz soñaba con los ojos abiertos. Le cambiaba el color al cielo porque ella soñaba cielos de todos colores. Dicen que, por sus sueños, un día en la lagunita de Bayajá apareció, reluciente al sol, un hombre en pie sobre una barca de flores tirada por tomeguines y canarios.

Un día, porque ella lo soñó así, una rama cayó en el jardín frente a la casa, arraigó al instante, y al instante se hizo un árbol frondoso, cuyas hojas producían los más dulces sonidos. Y también una vez al lado de la casa, entre los cedros, se levantó una taza de mármol muy blanco de la que se elevaba un surtidor de veinte pies de altura que nunca se agotaba. Pero dicen que lo más maravilloso era cuando a Beatriz le daba por soñar con arco iris, porque el cielo se cubría de ellos.

Lo malo de los sueños de Beatriz era que duraban poquito porque se desvanecían cuando ella dejaba de soñarlos. Dicen que Beatriz decía que al cielo se podía llegar agarrada a una sombrilla. También dicen que había sido la más enamorada de las viejitas y que había tenido muchos novios. Y dicen que ella decía que los sueños son como la sangre, que siempre está correteando por dentro de la carne.

Alejandra y ella eran las que les evocaban los novios a las demás viejitas. Y dicen que cuando Alejandra y Beatriz hablaban de eso, las viejitas suspiraban y quedaban todo desconcertaditas y los ojos se les ponían chiquitos y brillosos.

Dicen que Beatriz siempre soñaba despierta, con los ojos abiertos, y que cuando los cerraba, se hacía de noche en el cielo y la tierra.
Domingo 30 de Agosto de 2009