domingo, 30 de mayo de 2010

PROGRAMA 393

Nos visitó Nicolás "Colacho" Brizuela. Estuvimos charlando sobre su nuevo disco "Nos volveremos a ver", una versión muy nuestra de la música del gran Bill Evans.

Miserias Nac & Pop

Me preocupa que ronden en mi cabeza determinados temas que logran que para algunos amigos me convierta en un tipo amargo que no tiene la capacidad de alegrarse frente a un presente envidiable por todos los soñadores de utopías, aquellos que hubiesen querido vivir este tiempo en que un gobierno tuerce el camino hacia una patria más igual.
Y no es que esté ciego ante las muestras de cambio, ante tantas decisiones que comparto. Simplemente me pregunto, te pregunto, si es este un gobierno decidido a la tan nombrada redistribución, a poner al ciudadano en su justo lugar, por encima de intereses económicos corporativos. O será que los pasos que aplaudo tienen más que ver con pujas de poder y con una sabia lectura de la realidad que un Diciembre de 2001 condicionaba cualquier gobierno que sobreviva al frustrado “que se vayan todos”. Condicionamiento que permitió la incorporación de buenas voluntades al gobierno. Voluntades que tienen la dura tarea de convivir con la resaca de un modo de hacer política que aborrecen. Cada quien se hará cargo de sus úlceras. Cada quien sabe hasta dónde puede y debe ensuciarse y con quienes lo hace.
Pascua Lama es uno de esos temas que atragantan. Pascua Lama es un proyecto binacional minero que pretende realizar la compañía transnacional Barrick Gold, en la alta cordillera de Chile y Argentina. En Chile, la zona comprometida corresponde a la Tercera Región (Región de Atacama) y en Argentina a la provincia de San Juan. Busca extraer el oro que se encuentra bajo glaciares milenarios, reservas acuíferas en el desierto más seco del mundo, con el consiguiente resultado de destrucción de la naturaleza y contaminación del agua, el bien más preciado por estos tiempos.
Para poder desarrollar un proyecto en esta zona, era necesario contar con una ley que otorgara facultades especiales a las empresas, por sobre las legislaciones nacionales. Para ello, la empresa redactó un texto legal, que fue aprobado en 1997 por Carlos Menem (presidente de Argentina) y Eduardo Frei (presidente de Chile). Pero eso eran otros tiempos, otras ideas se agitaban en el poder. Por eso en 2008 el Congreso sancionó una Ley de Glaciares prohibiendo que en los hielos y en su entorno se realicen actividades que puedan afectar su condición natural o que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance, como por ejemplo la exploración y explotación minera o petrolífera. Increíblemente, o no tanto, esa ley fue vetada a fines de ese mismo año por la Presidenta, según cuentan, por presión del aliado Gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Algunos malintencionados lo vinculan con la empresa Barrick Gold, pero son las malas lenguas siempre dispuestas.
La Ley de Glaciares vuelve a ser tratada por estos tiempos en el Congreso. Es una buena oportunidad para que el Gobierno ejercite su sabia lectura de la realidad, priorice el resguardo de la naturaleza y la salud de los pueblos, a los intereses de multinacionales arrasadoras y sus aliados rapiñeros de cabotaje. Ojalá tengamos una decisión que sume a los aciertos.