domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Cómo hablar del hambre sin saber realmente de qué se trata?. Lo más cercano es cuando en alguna oportunidad pasa una comida de largo y el deseo de comer invade cualquier cosa que esté haciendo, no podés concentrarte en nada más que las ganas de comer. ¿Cómo ha de ser sentir hambre en serio y no tener qué comer?. En nuestro país no solo hay tipos y tipas, pibes y pibas que no comen bien o directamente muchas veces no comen; sino que muchos se mueren. Muertes tan fáciles de evitar como difícil erradicar el egoísmo y la avaricia que fundan la desigualdad y provocan esas muertes.

El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo marchó. Marcha de sabandijas, por las calles de Santa Fe. Convencidos de las palabras del coordinador Alberto Morlachetti: “Con ternura venceremos”.

Y ahí está Yamila, luminosa y firme, como representante del Movimiento de los chicos del pueblo y de Pelota de Trapo. Paradita frente a todos los que están con ella, para hablarle a quienes hace tiempo no escuchan ni están cerca: "Decimos que el hambre es un crimen y no queremos ni un pibe menos. Ni un pibe menos. Ni un pibe que esté en las calles. Ni un pibe que no coma, que no vaya a la escuela, que sea asesinado impunemente, que sea violado. Porque nosotros queremos un futuro. Somos el futuro". Esto decía Yamila y una lluvia de afecto convertida en aplausos la envolvió en la plaza de Mayo santafesina.

Increíblemente nuestro país que produce alimentos para 300 millones de personas, tiene 25 chicos que por día no amanecen. Se mueren de hambre.

Se acaban de otorgar 180 pesos que de entrada irán a la casa de cinco millones de pibes que lo necesitan. Bienvenido. Ante la situación angustiante de tantos no hay que adoptar una oposición necia, pero tampoco un oficialismo ciego.

Vos sabés para lo que alcanzan 180 pesos. Por supuesto que es algo al lado de nada, pero estamos hablando de luchar contra la desigualdad y asegurar los derechos necesarios de todas las personas. Uno habla desde la idea de que es posible, hay quien se gasta en un almuerzo lo que estos pibes recibirán para comer un mes. Yo mismo lo gasté no hace mucho en una mesa de tres.

Ante la nada, es bueno algo. Ojalá sea un primer paso. Sueño con el día en que seamos mayoría los que estemos convencidos que nadie debe pasar hambre, padecer la desatención médica, no tener educación y estar sin techo, en un mundo que tiene la posibilidad de ser más igual y elige desde el poder la más patética desigualdad. Desigualdad de hambre, de explotación y muerte.

Con las responsabilidades de cada uno, haciendo algo para cambiar esta realidad, habrá que mirar a los ojos a los chicos que pasan hambre, y pedirles perdón.

Domingo 1ero de Noviembre de 2009

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