domingo, 25 de abril de 2010

Tilcara. Una voz que grita.

Como muchos casos de nuestra América, fue a partir de la construcción de la iglesia que se fue delineando la organización del pueblo. Éste particularmente, se destaca por su belleza natural. Las estrellas encandilan la noche y la quebrada es dueña de las miradas que intentan entender cómo es que la naturaleza se ha propuesto sorprender de tal manera al hombre y emocionarlo con solo mostrarse.

Tilcara es uno de los pueblos de la Quebrada de Humahuaca, un lugar único que enamora con su paisaje de sauces, acacias, álamos y, por supuesto, toda variedad de cactus. Callecitas de tierra, algunas casas en piedra y variedad de colores en los cerros. Tilcara respira paz y quietud.

Solo el hombre en su avaricia sin freno es capaz de destruir esta estampa. La explotación de lo que queda de la explotación minera de antaño, es lo que conocemos como minería a cielo abierto, y no es otra cosa que explotar la roca y lavarla con sustancias químicas para extraer los restos de minerales. Destrozar la montaña por explosión, explotar a la gente por convicción, y envenenar al pueblo por descarte de químicos.

En Tilcara, y en tantos lugares de nuestro país, están las empresas asesinando, y están los gobiernos permitiendo. Incluso el gobierno autoproclamado nacional y popular, que tan bien defiende los derechos humanos, en temas de minería, no solo hace silencio, sino que impulsa la instalación de empresas asesinas.

Pero la paz y quietud de Tilcara que vino a romper una minera, fue rota también por chicos, maestras, trabajadores… todo un pueblo en movilización, defendiendo montañas, ríos, sus vidas.
Aplaudo el logro de los vecinos de Tilcara y Juella que hoy festejan que el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, su provincia, falló a su favor exigiendo que se abstengan de otorgar permisos de cateos, exploración, y explotación minera a cielo abierto y la utilización de sustancias químicas como cianuro, mercurio, acido sulfúrico, y otros tóxicos similares y que se revoquen los permisos concedidos o en tramite en la zona de la Quebrada de Humahuaca. Los argumentos de los vecinos y del Juez Héctor Tizón lograron algo mucho más importante que un fallo judicial: permiten renovar la esperanza de lucha para intentar un mejor mundo.

Ingredientes que alegran, que dan ganas de compartir. Ingredientes que demuestran que alguna cosita va cambiando, aunque falte mucho, toda vez que hay una voz que grita junto a otra y otras más.

No hay comentarios: