domingo, 21 de marzo de 2010

Un terremoto no hace daño, sino que muestra los daños

Acá estamos, lentamente disponiendo ingredientes que nos juntan otra vez en torno a la rueda de un mate. Pasó un tiempo largo desde la última cebada y siempre emociona el hecho de tener un lugar como fm la tribu para juntarnos. Y que este lugar sea en Jujuy y Ushuaia, pasando por Córdoba, El Bolsón, La Plata, San Luis, Azul, Quilmes, Castelar, José C Paz, Santiago del Estero, Mendoza, Santa Fe, por nombrarte algunos lugares, y apresurarme a pedir disculpas por no mencionar otros donde emisoras amigas abren sus puertas a este intento de programa de radio.

Hermosa cercanía en la distancia. Sueños y sonidos que nos juntan. Sensaciones que que quiero compartir en este revuelto.

El 27 de febrero los hermanos chilenos eran sacudidos por uno de los terremotos más fuertes de la historia. La tierra daba muestra de su poder descargando energía equivalente a 100 mil bombas atómicas como la de Hiroshima. Todo fue angustia por el desastre y las ausencias.
El amigo, el hermano, mamà o papà, el hijo… ausencia que duele, y como nunca la necesidad, dura necesidad, de levantarse y seguir.

Allí en Valparaíso nos escribimos con los amigos de Radio Placeres que desde su página en Internet dan su mirada sobre la situación que están pasando. En la calma quebradiza de Valparaíso, el amigo Felipe Montalva, documentalista y uno de los realizadores del video de nuestro programa, me da cuenta del desastre y me asesta algunos pensamientos que instan a la reflexión y comparto: Cuenta Montalva que hay un terremoto simbólico, el que evidencia las fisuras profundas de una sociedad. Terremoto que no daña, muestra el daño.

A partir de un hecho tan dramático como inesperado, se revelan las fallas estructurales de una sociedad autosatisfecha, exitosa hacia el exterior y en contraste, profundamente enferma hacia adentro.

Negociados inmobiliarios que no tuvieron en cuenta la obligatoria prevención que se debe tener en las construcciones, descoordinación estatal, militarización, el dar cuenta a partir de los saqueos de una sociedad tremendamente desigual que esconde y reprime a los expulsados del sistema.




El amigo percibe que en los últimos años, Chile ha cambiado y no ha sido para bien. no sólo se trata de los contrastes sociales visibles sino de modificaciones en la forma de ser y en la forma del deseo. No sólo es la publicidad de los grandes comercios, las marcas transnacionales y su machacante convocatoria al consumo, también es un sistema mediático que derrocha horas de televisión y prensa en levantar figuritas rebosantes de frivolidad y exito.

la enfermedad se llama éxito.
el virus se llama capitalismo neoliberal.
la infección es social y se manifiesta en ignorancia, individualismo y pérdida de vínculos.

Me pregunto si Felipe me habla de Chile. Si habla solo de un país, del mundo o de un barrio o una familia. La enfermedad es grave pero no terminal. En Chile como en tantos lugares, la organización popular buscando cambiar el rumbo dice que nada está perdido.

Es cuestión de encontrarnos, sentir el cambio y saber que se puede de a poco y cada día. Encontrarnos a lo mejor en un programa de radio, o a la vuelta de la esquina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

felicitaciones a los amigos chilenos que en la tragedia nos permiten otra mirada en la que nos reconocemos todos. gracias ale por decirlo en el programa. un saludo revuelto. cinthia zucchi