domingo, 11 de octubre de 2009

Un muy buen primer paso

Es un programa especial. Es un momento histórico especial, importante, que no me permite empezar este encuentro haciendo referencia a ninguna otra cosa más que al momento. Desde 1989 en diferentes estudios de radio, hace ocho años compartiendo este revuelto de sonidos e ideas, intentando ser consecuentes con determinados principios y fieles a ciertos sentires. En todo este camino, hoy nos estamos encontrando por primera vez con una ley de radiodifusión de la democracia. Y no sólo eso, la nueva ley que iremos viviendo, funda su contenido en preceptos que uno viene defendiendo y apoyando hace rato.

No quiero que le pase desapercibida esta realidad al revuelto. Porque este programa sale al aire además de en Fm La Tribu, en 36 radios, y todas tienen marcas de la lucha de años por intentar democratizar los medios. Y en esta pelea en que toca ser David frente a un Golliat muy poderoso, permitámonos compartir la alegría de haber logrado un muy buen primer paso.

Radios comunitarias, diarios barriales, canales cooperativos… actores de la comunicación que se ganaron un lugar ejerciendo la comunicación, son ahora reconocidos por la ley, que viene a enmendar la indiferencia de tantos años. La ley va a reconocer lo que quienes hacemos y consumimos esos medios, reconocemos desde siempre.

Cada uno sabrá qué papel decidió jugar en esta pulseada, y lamento el papel de muchos periodistas y políticos actuando como ciegos defensores de grupos económicos que fundaron su crecimiento y dominio monopólico con conductas espurias.

Lamentablemente, los medios que estaban cómodos con la ley de la dictadura y con las modificaciones menemistas, se encargaron de bautizar a la nueva ley de servicios audiovisuales como la ley K. Esta fue una de las acciones con las que según ellos podían desprestigiar la ley e impedir su aprobación. Una de las mentiras con las que faltaron el respeto a los integrantes de la Coalición por una Radiodifusión Democrática que tantos años trabajó por esta norma, a las Universidades públicas que analizaron y apoyaron el proyecto, a intelectuales, periodistas, músicos, cineastas… La propaganda de los grupos económicos no tuvo en cuenta nada de esto, faltó a la verdad y ensució la cancha con el único fin de impedir que toquen su poder.

Por eso compartir la alegría, porque se tocó un espacio de poder que parecía inviolable, porque la nueva ley de servicios audiovisuales considera a las organizaciones sociales, Universidades, cooperativas y pueblos originarios; sujetos de ser titulares de medios. Y este revuelto de radio que se comparte en 36 radios que recorren algunos de estos caminos, que es el mismo camino: enfrentar el pensamiento único, luchar por la redistribución, intentar el pensamiento crítico basado en la diversidad de información y cultura. En definitiva, caminar hacia la utopía. Y en ese caminar, siento que dimos un gran paso.

Domingo 11 de Octubre de 2009

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