martes, 21 de julio de 2009

Las marcas de la impunidad

Son heridas que no cierran. La vida transcurre y cada uno va intentando el día a día, pero hay marcas que están en todos nosotros. Me da la sensación, la muy triste sensación, de que tenemos la patética cualidad de amontonar en nuestra historia hechos terribles que, entre otras cosas, tienen el común denominador de la impunidad.

15 años pasaron del atentado a la AMIA. Ningún preso. Todo indica que el Estado argentino, con Carlos Menem a la cabeza en aquél tiempo, fue encubridor de este acto terrorista. Ningún responsable de encubrir, de atentar, de conexión local, de responsabilidad exterior… nadie preso a 15 años.

Sin embargo no hubo gobierno que cada vez que llega un 18 de Julio, no manifieste sus intenciones de investigación y justicia. ¿no será la impunidad un ingrediente estructural de nuestra historia como Nación? ¿Son tan perversos los gobiernos y la justicia que hablan de investigar y encontrar responsables, a sabiendas que nada de eso van a hacer? Quizá sea Macri el más sincero y coherente en esto de faltar el respeto a las víctimas, al premiar con la jefatura de la policía de la ciudad a Jorge “Fino” Palacios, acusado de ser uno de los encubridores del atentado.

85 muertos. 85 sueños apagados violentamente. Historias de tipos que desayunaban, iban a laburar, estudiaban… hasta alguno podía escuchar este programa ahora… si no fuera porque el odio y el terror fue muerte. Y hoy falta un hijo, un esposo, una madre, el amigo, un compañero…ausencias. Faltan ellos y para peor, falta justicia. Las victimas somos todos, por eso es importante reclamar justicia y repudiar la desidia de los gobernantes.

La historia de Seby la escuché el año pasado en voz de Alfredo Leuco y la quiero compartir hoy con vos. Seby tenía 5 años y cuando la maestra le había preguntado qué quería ser de grande, dijo que sería presidente, para pagarle mucha plata a los jubilados. Seby era muy charlatán, pero contrariamente, le daba vergüenza ser abanderado. No se perdía nunca las tortugas ninja y le encantaba andar en bici, pero tenía dos pasiones que amaba, además de mamá y papá: Lara, su hermanita de 10 meses y Pamela, la perrita de la familia.

Un día Seby preguntó dónde estaba el abuelo Julio
- En el cielo, dijo la madre, igual que el abuelito José. Cuando la gente es grande, se va haciendo viejita y después el alma se sale del cuerpo y se va al cielo, intentó explicar mamá.
- Pero vos mamá, nunca te vas a ir al cielo, no?
- No sé Seby, cuando sea muuuy viejita, pero falta mucho.
- Yo voy a estar en ese momento, mamá, te voy a agarrar el alma y no la voy a dejar subir al cielo, te la voy a poner otra vez en el cuerpo, así te quedás conmigo.

El lunes 18 de Julio de hace 15 años, Seby caminaba de la mano de mamá por Pasteur al 600, iban al Hospital de Clínicas. Rosa se salvó, pero Seby murió entre los escombros. Para los creyentes, Seby está con su abuelito Julio y su abuelito José. Para Rosa no habrá consuelo, Lara, la hermana de Seby, que hoy andará por los 16 años, no supo qué era crecer con su hermanito.
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Sebastián Barreiro fue el más pequeño de los 85 muertos a manos del odio y el terror, muertos que no descansan mientras no haya justicia, 85 presentes en nuestra memoria.



Domingo 19 de Julio de 2009

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